CASCO ANTIGUO DE PALS
Pasear por las calles y callejones de Pals nos transporta directamente a la época medieval: encontramos bóvedas de piedra, arcos de herradura, portales y ventanas románicas, góticas, etc. Observando los detalles, encontraremos también la huella de los antiguos pobladores en la piedra donde esculpieron las sepulturas antropomórficas correspondientes a la alta edad media.
Encontrará, a su paso, la plaza Mayor, las tumbas visigóticas, la iglesia, el castillo, la torre de las Horas, la muralla … que se iran dejando atrás a lo largo del recorrido hasta llegar al mirador Josep Pla desde donde podrá contemplar la belleza de la llanura ampurdanesa presidida por el macizo del Montgrí con las islas Medes al fondo.
Pero Pals no es sólo el núcleo antiguo; encontramos también un interesante conjunto de masías diseminadas y algunas fortificadas. Destacamos el Mas Roig, la Torre Pedrissa, el Cap dels Anyells, el Mas Tafurer, conocido como a Molí de Pals, el Mas Gelabert, el Mas Jofre o Can Pou de Ses Garites. También está la Torre Mora que desde el s. XV observa el ir y venir de la gente de mar, espacio rodeado actualmente de mesas y bancos de uso público con un amplio pinar ideal para juegos infantiles.
Cuando hablamos de Pals no podemos olvidar el arroz, imprescindible en la cocina y determinante para el paisaje, muy cambiante según la época del año. Los campos de arroz se convierten en espejos en primavera cuando el paisaje estalla de luz y color ofreciendo así el doble de belleza.
Los caminos que discurren entre los campos ofrecen al visitante la posibilidad de hacer excursiones ya sea a pie o en bicicleta. Los más valientes pueden llegar, también a pie o en bicicleta, hasta el punto más elevado del macizo del Quermany, altar de nuestro territorio.